EN BUSCA DEL SER AMADO


Érase una vez una jovencita de 16 años que soñaba con la llegada de su príncipe azul, todas las noches soñaba con él y que la estrella más brillante era quien guiaría su camino para encontrarse con él. Los días y las noches pasaban y ella seguía soñando una y otra vez con el mismo príncipe pero nunca logró verle el rostro, siempre se lo imaginaba alto, educado, inteligente, creativo y romántico, quizá era el chico o enamorado ideal para Lucía.

Cierto día Lucía, la jovencita emocionada, soñó que el príncipe tan anhelado la estaba esperando sentado en una playa, era una playa muy cálida y exótica pero lo extraño era que a esa playa no concurría nadie a pesar que era hermosa. Eran ya las 6 de la tarde y el bello ocaso se podía apreciar. Lucía, estaba ansiosa por que llegase la noche y dirigirse hacia donde la estrella más brillante del cielo le indicara. Y la tan esperada noche llegó y Lucía salió de su casa en busca de su príncipe azul.

OH SORPRESA! fue la de Lucía al ver que la estrella que ella había elegido como la más brillante la dirijo exactamente a una playa tal y como fue soñada. Ella llegó, caminó horas de horas esperando a que su príncipe pudiese aparecer cuando de pronto ella dio vuelta y se encontró con una sombra que al principio no supo identificar pero después de haber observado la sombra detenidamente se dio cuenta que era la sombra de un hombre alto, delgado de nariz respingada y labios delgados. Lucía estaba muy nerviosa, sentía miedo y a la vez emoción de conocer por fin a su príncipe, fue acercándose poco a poco, a paso lento hacia la sombra cuando de pronto ésta desapareció y Lucía se quedó muy sorprendida al ver que en realidad sólo estaban ella y el mar. Tuvo que regresar a su casa, muy triste porque pensó que por fin conocería a su príncipe y lamentablemente no fue asi, ella apenada, llorando horas de horas se quedó dormida y no se levantó para ir a clases.

Amaneció! Ya era un nuevo día soleado y Lucía aún seguía dormida…ring ring sonó su teléfono, era su amiga Fernanda de la escuela, quien estaba preocupada por ella por su falta a clases. Lucía se levantó, contestó y le contó a Fernanda lo que le había sucedido y como mejor amiga de Lucía fue a verla para que no se sintiese sola y triste. Fernanda llegó, pasaron el día juntas riendo, jugando y haciendo las tareas de la escuela, anocheció otra vez y Fernanda debía irse ya pero Lucía no se quería quedar sola ya que sus padres estaban de viaje, entonces Fernanda se quedó con ella y no dudó en pedirle que la acompañase a la playa para ver si esta vez su príncipe si aparecía. Fueron juntas de noche a la playa y otra vez estaba la misma sombra de aquel chico que vió la noche la anterior pero esta vez estaba en otra posición, él estaba sentado sobre la arena, Lucía le pidió a Fernanda que la acompañase a ver de más cerca a la sombra y ella aceptó, entonces iban acercándose y otra vez, la sombra desapareció, otra noche que Lucía no pudo ver a su príncipe. Fernanda la acompañó nuevamente a su casa, se quedó con ella hasta que se durmiese para poder ir a la suya.

Amaneció nuevamente y Lucía decidió ir a la escuela y seguir su vida normal, así pasaron los días y por las noches ya no iba más a la playa. Pasó un mes y decidió ir nuevamente para ver que podía pasar, total nada perdía. Lucía se fue nuevamente y ésta vez ya no vió la sombra, vió al chico de verdad, Lucía no lo podía creer era su sueño hecho realidad, dio mil vueltas y corrió de la emoción a abrazarlo, él la miró fijamente y la detuvo antes de que le diese un abrazo. Lucía, le dijo Walter, sé que has estado soñando conmigo todas las noches y que por eso venías a verme y ella le preguntó cómo es que él sabía eso, Walter le respondió lo sé porque estas noches que has estado sola sin tus padres yo te he estado yendo a cuidar como tu ángel de la guarda y no Quero que tú lo supieras, Lucía preguntó por qué no querías que lo supiera? Y él le dijo, tenía temor a tu rechazo, porque no pertenezco a tu misma clase y…. Lucía le dijo Y? , se quedaron callados por un momento, no sabían qué decirse. Lucía no sabía si decirle que quería ser su enamorada y él no sabía si decirle que la amaba con todo su corazón, al no hablarse Walter le dijo a Lucía, sentémonos a platicar un momento y conozcámonos más y ella le dijo ok, me parece perfecto.

Pasaron la noche juntos en la orilla conversando, amanecieron tomados de la mano cuando de pronto Walter le dijo: Lucía me tengo que ir y ella pregunto por qué, el le dijo te amo y te tendré siempre en mi corazón, me duele muchísimo tener que irme y dejarte pero esta vez para siempre , ella llorando le preguntó porqué él se iba para siempre, y él le dijo, no pertenezco al mundo de los humanos y tengo mucho miedo hacerte daño me voy con el corazón hecho pedazos pero es mejor así y nos evitamos sufrimientos posteriores, ella aún no entendía y sólo se quedó mirándolo, él le dijo que era un vampiro y que por eso no podía quedarse con ella y que por favor lo entendiera, a Lucía no le importó que fuese vampiro, ella sentía que también lo amaba y le dijo: yo también quiero ser vampiro como tú para poder vivir para siempre a tu lado, él le dijo estás segura? Y ella respondió sí, estoy segura que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, se abrazaron y se besaron dulcemente mientras que ese beso era la despedida, él no estaba dispuesto a verla sufrir y mucho menos convertida en un vampiro al igual que él. Walter dijo: lo siento Lucía te amo demasiado como para atarte a mi de esa manera que no es justa para ti, eres muy bella y podrías conseguir cualquier humano que te ame y te respete, Lucía le dijo está bien, aceptaré tu decisión y la haré como mía también pero no me pidas que no llore cuando te recuerde si? Él le dijo está bien, al menos te podré cuidar y sabrás que estoy contigo, ella lo abrazó y se dijeron adiós.

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